Mal empleado: Como detectarlo

Mal empleado: Es uno de los problemas más complicados que suele afrontar una empresa pero, también, mucho más común de lo que parece. Y es que contar con uno o más trabajadores que contaminan al resto de plantilla por su actitud o por sus comentarios puede derivar en algo de extrema gravedad si no se ataja a tiempo, como enfrentamientos entre compañeros, mala gestión de la relación con otros stakeholders o pérdida de la credibilidad y la reputación de la entidad en su sector. Sin embargo, también es frecuente que una compañía no haga nada ante este tipo de empleados, ya que prefiere convivir con una manzana podrida a querer reconocer (y analizar) que algo ha fallado en el proceso de selección de personal y en su posterior contratación.

Mal empleado: Malos perfiles

Desde el punto de vista que a veces tienen los jefes, faltan detalles y perspectiva. Lo que se ve desde arriba puede llegar a ser diferente de lo que ocurre entre compañeros. La información está

y el rol que ostenta hace que la realidad no sea clara.

Si dos compañeros discuten o si hay incidencias pequeñas, pasan inadvertidas a ojos de los supervisores. Esto hace que sea difícil detectar desde ahí a un empleado tóxico. Suelen ser personas que ejercen control y manipulación, que dificultan el trabajo de los demás o que huyen de toda responsabilidad. Los demás compañeros tapan las malas conductas o tienen miedo de que se les tache de chivatos si se quejan.

La desinformación y la desconfianza crea un clima en el que es muy fácil que la empresa empiece a sufrir pequeños pero continuados problemas. El mal rendimiento o la irresponsabilidad genera malas cifras que no pasan inadvertidas para los jefes pero que no encuentran el origen concreto.

A través de los siguientes puntos, podremos identificar a posibles empleados tóxicos dentro de una empresa:

Mal empleado: Negatividad

Cualquier novedad o cualquier tarea es enfrentada con negatividad. Esto también aparece en pequeños detalles, a la hora de hablar de los demás o cuando se valora el trabajo ajeno. Además, la responsabilidad nunca es suya. Si algo va mal, es culpa de otro.

Mal empleado: Quejas sobre su puesto

Independientemente de las tareas que tiene, muestra un continuo descontento sobre su rol. Es especialmente evidente cuando su puesto no es malo ni tiene desventajas. Simplemente, nada estará como ellos quieren.

Mal empleado: Irresponsabilidad

Hay continuas negligencias por no acatar las normas o las órdenes. Tienen muchas excusas para no hacerlo. Si ven que las excusas se acaban, pueden reaccionar poniéndose a la defensiva o culpando a otros, pero nunca con humildad.

Van en contra

Esto hace que desvíen el ritmo habitual, interrumpan en las reuniones o no estén de acuerdo con las decisiones, incluso cuando se vota y gana una mayoría.

Son poco trabajadores

Lo que generan es una apariencia de que siempre están haciendo algo. A la hora de medir con cifras su rendimiento, no se puede, ya que la mayoría de las ocasiones simplemente fingen trabajar.

Frustración

Tienen una mala gestión emocional, no les gusta que se les lleve la contraria y tienen reacciones explosivas con sus compañeros o con los clientes. Con los jefes suelen contener los nervios.

La desinformación y la desconfianza crea un clima en el que es muy fácil que la empresa empiece a sufrir pequeños pero continuados problemas. El mal rendimiento o la irresponsabilidad genera malas cifras que no pasan inadvertidas para los jefes pero que no encuentran el origen concreto.

A través de los siguientes puntos, podremos identificar a posibles empleados tóxicos dentro de una empresa:

1. Negatividad

Cualquier novedad o cualquier tarea es enfrentada con negatividad. Esto también aparece en pequeños detalles, a la hora de hablar de los demás o cuando se valora el trabajo ajeno. Además, la responsabilidad nunca es suya. Si algo va mal, es culpa de otro.

2. Quejas sobre su puesto

Independientemente de las tareas que tiene, muestra un continuo descontento sobre su rol. Es especialmente evidente cuando su puesto no es malo ni tiene desventajas. Simplemente, nada estará como ellos quieren.

3. Irresponsabilidad

Hay continuas negligencias por no acatar las normas o las órdenes. Tienen muchas excusas para no hacerlo. Si ven que las excusas se acaban, pueden reaccionar poniéndose a la defensiva o culpando a otros, pero nunca con humildad.

4. Van en contra

Esto hace que desvíen el ritmo habitual, interrumpan en las reuniones o no estén de acuerdo con las decisiones, incluso cuando se vota y gana una mayoría.

5. Son poco trabajadores

Lo que generan es una apariencia de que siempre están haciendo algo. A la hora de medir con cifras su rendimiento, no se puede, ya que la mayoría de las ocasiones simplemente fingen trabajar.

6. Frustración

Tienen una mala gestión emocional, no les gusta que se les lleve la contraria y tienen reacciones explosivas con sus compañeros o con los clientes. Con los jefes suelen contener los nervios.

Los empleados tóxicos forman parte de muchas empresas. Muchas veces no se identifican, pero hacerlo, explicaría muchos de los problemas que aparentemente no tienen una causa. Rompen el buen clima, no trabajan en grupo y no hay compañerismo. Detectarlos pondrá fin a dichos problemas.

Los empleados tóxicos forman parte de muchas empresas. Muchas veces no se identifican, pero hacerlo, explicaría muchos de los problemas que aparentemente no tienen una causa. Rompen el buen clima, no trabajan en grupo y no hay compañerismo. Detectarlos pondrá fin a dichos problemas.